Curiosamente es una tendencia más abundante entre gente de menos edad, que se supone tiene más recursos para aprender. No quiero pecar de abuelo cebolleta, pero he asistido a discusiones con niñatos que sostenían cosas fácilmente rebatibles con solo echar un vistazo al navegador su propio móvil. Lo que no sabía es que era un fenómeno estudiado por los científicos.